Juntas Directivas de iglesia |
¿En qué consiste el principio de unanimidad?
El NT testamento empieza con los Evangelios que son los hechos de Jesús formando a su iglesia. Luego continúa con el libro de Hecho de los Apóstoles, que son los hechos del Espíritu Santo dirigiendo a su Iglesia. Por tanto el principio de la unanimidad es la certeza que el Espíritu Santo continúa dirigiendo a su Iglesia.
Este principio debe ser aplicado en forma práctica a las sesiones de las juntas de la iglesia Adventista. Debemos creer y aceptar que el Espíritu Santo sigue dirigiendo hoy a su Iglesia. Por lo tanto, los miembros de las Junta o Comisiones, debieran entender que cuando vienen a las sesiones de Junta vienen para encontrarse con el Espíritu Santo; a buscar su consejo y dirección.
El principio de la unanimidad, en la práctica significa que todos vienen con sus propias ideas con respecto a tal o cual caso; pero una vez que han pedido el consejo y la dirección del Espíritu Santo, el voto de la mayoría es la decisión del Espíritu Santo. De manera que todos vinieron con diferentes criterios pero al encontrarse con el Espíritu Santo todos salieron con un solo criterio.
El voto que se tomó es el voto de Dios y como tal ese el voto de todos. Cuando un miembro de la Junta va mencionando que él no estuvo de acuerdo con la votación niega la dirección del Espíritu Santo y destruye la fe de su presencia; y por lo tanto demuestra que no está habilitado para ser miembro de la Junta .
Cuando leemos: “Dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado”. (Hech. 13:2), parece que estamos leyendo el voto de la junta de la iglesia de Antioquia. Así también debiera ser cada voto de nuestras juntas. Todo secretario de junta debiera registrar los votos con la certeza que: “Le pareció bien al Espíritu Santo (acuerdo 01) cambiar tal puerta, (acuerdo 02) contratar al fulano para la limpieza, (acuerdo 03) apoyar la predicación del evangelio con tanto de dinero. Cada acuerdo debe ser la expresión de la voluntad de Dios.
2.- REUNIONES DE JUNTAS EN HORAS SERENAS
A. NO EN SÁBADO: Es conocido que las juntas no deben sesionar en las horas del sábado por que las juntas tratan asuntos seculares como comprar, construir, remodelar, cancelar, etc. Además el sábado no tiene ese fin. El sábado es para unir a la familia. Es para descansar en la santidad de Dios.
· Atenta contra el principio de unanimidad, porque el sábado de noche la mente está cansada y apresurada (por lo general la familia está esperando afuera y los hijos con hambre). Entonces, una mente cansada, no tiene la capacidad para recibir la dirección del Espíritu Santo: “Si vuestras reuniones de comisiones y juntas no están bajo la directa supervisión del Espíritu de Dios, vuestras conclusiones serán de origen terrestre, y no tendrán más valor que de cualquier otra expresión humana” (Carta81, 1896, pp. 8,9)
· Las juntas de noche sufren de una miopía del tiempo, pues casi siempre dicen 30 minutos, pero suelen alargarse a las 10 de la noche.
· El Sanedrín no sesionaba de noche, por estas razones.
· Mentes cansadas, espíritu agresivo. Los hijos de los miembros de la junta reciben mala imagen de las juntas y los predisponen a rechazar cargos y a la iglesia en el futuro.
La mayor razón para no sesionar otro día que no sea sábado consiste en que los hermanos “no pueden” y no asistirían. Puede ser verdad. Pero sería bueno averiguar bien; porque en la mayoría de casos, la verdadera razón es que los miembros de la junta no tienen su corazón en la iglesia, sino en sus propios intereses, y que amontonan todo su servicio a Dios en el sábado.
Pero se debería considerar prioritario el tener la certeza de la presencia del Espíritu Santo en las juntas y que para ello se necesita tiempo fresco, sereno y suficiente, y que el sábado de noche no ofrece aquello; y que es necesario que las sesiones de junta sean en otro momento. Entonces todos deberían ofrecer a Dios su servicio completo a tiempo y fuera de tiempo. Se debería mencionar a los hermanos que las sesiones de junta serán tal día a tal hora, y que si aceptan el cargo también aceptan asistir puntualmente a las sesiones de junta, caso contrario no debiera aceptar, o si está en función debiera renunciar, para que otro que puede, lo haga.
C. SI DOMINGO POR LA MAÑANA (O TARDE): Una junta responsable y consciente de su alta investidura, le dará a la juta su importancia y designara un día al mes, mejor en las primeras horas del día, para atender los “negocios del Señor”, planificando una reunión espiritual.
Lo ideal es que se incluya dentro de la agenda: canto, devocional y momentos de oración. De esta forma, todos estarán concientes que cada miembro va a la junta a encontrarse con el Espíritu Santo, y no a imponer sus ideas o su criterio.
3.- APLIQUE EL PRINCIPIO DE “VESTIR Y NO DESVESTIR”
Por falta de orientación los miembros de la Comisión de Nombramiento se han deleitado en desvestir, desmembrar y hasta descuartizar a los miembros de la iglesia que son sugeridos para ocupara cargos. Asunto que va en contra de los principios básicos del cristianismo que son el amor al prójimo y el respeto a su buen nombre.
En consecuencia las Comisiones de Nombramiento han sido causas de acerbas críticas, luchas internas, divisiones y hasta odio. Para contrarrestar esta experiencia lamentable, aplique el principio de “vestir y no desvestir” a las personas.
Es decir, consiste en elogiar y defender las virtudes de aquel que es sugerido para ocupar el cargo correspondiente. Cada persona, cada miembro de la Comisión de Nombramiento, debiera presentar ante la sesión las razones positivas por las cuales él piensa que dicha persona debiera ocupar el cargo. El resto debiera hablar sólo si apoya y tiene algo más que decir sobre las razones positivas ya expresadas. Pero nadie debiera sacar las cosas negativas.
Algunos se explayan hablando de los defectos del aludido, pero al final concluyen diciendo que “siendo que no hay otro, da su voto por él”. Por favor, no se debe hacer perder tiempo a la comisión con comentarios negativos.
Si la Sugerencia no es buena, si la persona mencionada no cumple con las cualidades, dígalo con el silencio. A no decir nada y al final no dar su voto, está diciendo que esa persona no es la indicada.
Entonces ¿debemos callar si sabemos que la persona tiene algún pecado? No. Por supuesto que no. Cuando la persona que se sugiere para tal cargo tiene algún pecado abierto como ser transgresión del sábado, transgresión del séptimo mandamiento, o transgresión de cualquier mandamiento en forma abierta, el que conoce tal cosa debió seguir el consejo de Mateo 18; porque a la comisión de nombramiento no se les nombró para ver casos de disciplinas. Si se siguió el consejo bíblico debe mencionarlo. Pero en la forma más objetiva posible, sin entrar en detalles y con todo el mayor respeto que la persona aludida merece.
Pero si los comentarios negativos son secundarios como la responsabilidad el egoísmo, el orgullo, etc. Que no se puede medir, debiera aplicar el principio de “vestir y no desvestir”.
Pr. Wilbert Maluquish
Secretario de la MOP
Secretario de la MOP