En los Escritos de Elena
de White encontramos unas 26 alusiones directas acerca de la Navidad. En esta
ocasión queremos compartir las más relevantes y esclarecedoras.
UN ESPÍRITU CORRECTO:
Que no haya una preocupación ambiciosa y desmedida por comprar regalos
para Navidad y Año Nuevo. Los pequeños regalos para los niños pueden
no estar fuera de lugar, pero el pueblo del Señor no debiera gastar su
dinero en comprar regalos costosos.
Cristo demanda el más grande de todos
los dones: el don del corazón, de la mente, del alma, de las fuerzas. . . Dios
requiere el servicio de un corazón indiviso. Alza tus
ojos, 366.
Anoche se celebró la Navidad en el
tabernáculo [de Battle Creek], y todo salió bien, con modestia, solemnidad y
gratitud manifestada en todo lo que se hizo y se dijo, porque Jesús, el
Príncipe de la vida, vino a este mundo como el bebé de Belén para ofrecerse por
nuestros pecados. Cada día con Dios, 639.
Nuestros cumpleaños, nuestra Navidad
y las fiestas del Día de Acción de Gracias con demasiada frecuencia se
dedican a la gratificación egoísta, cuando en cambio la mente debería dirigirse
hacia las misericordias y la amante bondad de Dios. A Dios le desagrada que
su bondad, su cuidado constante y su amor incesante no sean recordados en estas
ocasiones. Consejos sobre mayordomía
Cristiana, 309.
NACIMIENTO DE CRISTO:
Hace mucho tiempo que se celebra el 25 de diciembre para conmemorar el día del nacimiento de Jesús y. . . no es mi propósito afirmar si es apropiado o no celebrar ese acontecimiento en ese día, sino meditar en la niñez y la vida de nuestro Salvador. Quiero llamar la atención de los niños a la humildad del Redentor al venir al mundo. Cada día con Dios, 361.
REGALOS:
En ocasión de las próximas fiestas de
Navidad y Año Nuevo se desperdiciarán miles de dólares en placeres
inútiles; pero es privilegio nuestro apartarnos de las costumbres y
prácticas de esta época de degeneración; y en vez de gastar recursos
simplemente para satisfacer el apetito y comprar inútiles adornos o prendas de
vestir, podemos hacer de las próximas fiestas una ocasión de honrar y
glorificar a Dios.
Cristo debe ser el objeto supremo;
pero en la forma en que se ha estado observando la Navidad, la gloria se desvía
de él hacia el hombre mortal, cuyo carácter pecaminoso y defectuoso hizo
necesario que el Salvador viniese a nuestro mundo. Jesús, la Majestad del
cielo, el Rey del cielo, depuso su realeza, dejó su Trono de gloria, su alta
investidura, y vino a nuestro mundo para traer auxilio divino al hombre caído,
debilitado en su fuerza moral y corrompido por el pecado. . . .
Los padres debieran recordar estas
cosas a sus hijos e instruirlos, renglón tras renglón, precepto tras precepto,
en su obligación para con Dios, no en la que creen tener uno hacia otro, de
honrarse y glorificarse mutuamente con regalos. Hogar Cristiano, 437.
ÁRBOL DE NAVIDAD:
Agradaría mucho a Dios que cada iglesia tuviese un árbol de Navidad del cual colgasen ofrendas, grandes y pequeñas, para esas casas de culto. Nos han llegado cartas en las cuales se preguntaba: ¿Tendremos un árbol de Navidad? ¿No seremos en tal caso como el mundo? Contestamos: Podéis obrar como lo hace el mundo, si estáis dispuestos a ello, o actuar en forma tan diferente como sea posible de la seguida por el mundo. El elegir un árbol fragante y colocarlo en nuestras iglesias no entraña pecado, sino que éste estriba en el motivo que hace obrar y en el uso que se dé a los regalos puestos en el árbol.
El árbol puede ser tan alto y sus
ramas tan extensas como convenga a la ocasión, con tal que sus ramas estén
cargadas con los frutos de oro y plata de vuestra beneficencia y los
ofrezcáis a Dios como regalo de Navidad. Sean vuestros donativos santificados
por la oración.
Las fiestas de Navidad y Año Nuevo
pueden y deben celebrarse en favor de los desamparados. Dios es glorificado
cuando damos para ayudar a los que han de sustentar familias numerosas. Hogar Cristiano, 438-439.
No adopten los padres la conclusión
de que un árbol de Navidad puesto en la iglesia para distraer a los alumnos de
la escuela sabática es un pecado, porque es posible hacer de él una
gran bendición. Dirigid la atención de esos alumnos hacia fines
benévolos.
Hogar Cristiano,
439.
Pr. Wilbert
Maluquish
Diciembre 2015
Diciembre 2015