1.- Lección:
A pesar de las circunstancias impacta, inyecta y
propulsa seguir adelante.
2.- Texto
bíblico:
Josué 1:2 “Mi siervo Moisés ha
muerto…ahora sube tú a la tierra que os he entregado”.
El
Señor le dijo a Josué, la vida no para. Ha Moisés lo entierras y tú sigue
adelante.
“Los que están dispuestos a caminar por la
senda que Dios les ha señalado, tendrán un consejero cuya sabiduría está muy
por encima de cualquier sabiduría humana. Josué fue un sabio general porque Dios
lo guiaba.” (MS 66, 1898).
3.-
Ilustración:
Llegue a casa
esa tarde del trabajo y mi esposa me estaba esperando con una cara de “Ya no
más”. Efectivamente me dijo: “Mi amor, ya no soporto este olor, es necesario
hacer algo. El ratón muerto hiede insoportablemente, hay que localizarlo”.
Esa tarde con pocas ganas de hacerlo inicie mi
profunda pesquisa y luego de casi una hora siguiendo mi olfato, mi escasa
intuición y mi poca experiencia forense, logré dar con el muerto.
Estaba en el cielo raso cerca de la cocina. Nos
había atormentado el olor los últimos tres días, pero ahora había llegado la
hora del alivio y descanso para nuestros golpeados olfatos sensibles. Ese día
entendí que cuando el ratón muere, la vida no debe parar. Hay que buscarlo, desecharlo,
no ignorarlo y volver a comenzar.
Cuando algo muere hay que enterrarlo. Nada es
eterno, salvo la vida que el Señor ofrece. Todo lo demás muere. Se mueren las
finanzas, las personas, la época, las relaciones, la salud, el trabajo, las
posiciones. Cuando algo muere en la vida, no debemos parar. Hay que buscar el
ratón y enterrarlo.
4.-
Aplicación:
He encontrado muchos que prefieren vivir el
resto de sus vidas con el olor nauseabundo del lamento, la queja y la
victimización y cuando eso pasa la vida deja de fluir. Se quedan en la esquina
de la existencia humana sin procesar el quebranto ignorando que cuando algo
muere es porque hay otro algo que quiere vivir.
La vida no debe parar. “Edificad casas y
habitadlas; plantad huertos y comed del fruto de ellos.
Casaos y engendrad hijos
e hijas; dad mujeres a vuestros hijos y dad maridos a vuestras hijas, para que
tengan hijos e hijas. Multiplicaos allá, y no disminuyáis”. Jeremías 29:5,6
Pr. Wilbert Maluquish