1.- Lección: Jehová
nos prueba diariamente sin andamos en obediencia.
2.- Texto: Éxo 16:4 “Y Jehová dijo a Moisés: He aquí yo os haré llover pan del cielo;a y el pueblo saldrá, y
recogerá diariamente la porción de un día, para que yo lo pruebe si anda en mi
ley, o no.”[1]
El texto señala que a la mañana
siguiente, hizo llover sobre ellos el maná y éste había de ser su pan cotidiano
en su peregrinar por el desierto.
1. Este maná que
Dios les daba era un alimento de fuerte poder nutritivo, tanto que no tenían
necesidad de ninguna otra cosa para su sustento. Le llamaron maná, ya
sea preguntándose: ¿qué es esto?, como traducen nuestras versiones o,
más probablemente: Esto es man (hebreo «man hu»), como llaman todavía los árabes a un jugo denso, dulce como la miel exudado
por un arbusto de la península del Sinaí, aunque las características del maná
son muy distintas, y muestran claramente que era algo muy similar provisto
directamente por intervención milagrosa de Dios.
2. Tenían que
recogerlo cada mañana, cada uno según lo que había de comer (v. 21), diariamente
la porción de un día (v. 4). Parece ser que nuestro Salvador alude a este
llover y recoger diario del maná cuando nos enseña a orar: El pan nuestro de
cada día, dánoslo hoy (Mt. 6:11; Lc. 11:3). Aquí se nos enseña a tener:
(A) prudencia y diligencia para obtener el alimento conveniente para
nosotros y para nuestra familia. Lo que Dios nos da benignamente, debemos
recogerlo laboriosamente;
(B) contentamiento y satisfacción con lo suficiente. Debían recogerlo, cada
uno según lo que había de comer; lo que basta, ya es tan bueno como un
banquete; y lo que es demasiado, ya es tan malo como un empacho;
(C) depender de la Providencia: Ninguno deje nada de ello para mañana
(v. 19), sino más bien que aprendan a irse a la cama y dormir
tranquilamente, aunque no tengan una migaja en su tienda ni en todo el
campamento, y que confíen plenamente en que Dios, con el día de mañana, les
traerá el sustento de mañana. Véase aquí la necedad de acumular sin ton ni son.
El maná que algunos dejaron para el día siguiente, se pudrió y crió gusanos (v.
20), no sirvió para nada sino para dar mal olor.[2]
3.- Ilustración:
Cada día, cada
mañana y cada uno, alimento para la vida. Es el slogan del proyecto Maná 2016
en la DSA de la iglesia adventista del séptimo día. Dicho proyecto entonces
ofrece una oportunidad a cada miembro a ser probado su obediencia a Dios el
dador y proveedor de las grandes bendiciones. Sea fiel.
4.- Aplicación:
Meditemos aquí:
(A) Sobre el gran poder de Dios, que
alimentó a Israel en el desierto e hizo para ello milagros diarios. Nunca jamás
hubo un mercado tan provisto como este campamento, donde tantos cientos de
miles de personas eran alimentadas diariamente sin dinero y sin precio. Nunca
jamás hubo una casa abierta que estuviese tan bien guardada como lo estuvo este
campamento en el desierto durante cuarenta años continuos, ni se dio un festín
tan barato y tan abundante.
(B) Sobre la constante providencia de
Dios. La misma sabiduría, el mismo poder y la misma bondad que, en aquella
ocasión hicieron descender de las nubes el alimento día a día, están ocupados y
empleados en el constante y ordinario curso de la naturaleza, para producir
alimento de la tierra y darnos todo en abundancia para nuestro disfrute.
Pr. Wilbert Maluquish
Setiembre, 2015