1.- Lección: Aquel que es espiritual, puede percibir la mano de Dios actuando en todos los acontecimientos de su vida y por lo tanto, es capaz de perdonar a los que le hacen daño.
2.- Texto: Gén 45:7,8 “7Y Dios me envió delante de
vosotros, para preservaros posteridad sobre la tierra, y para daros vida por
medio de gran liberación. 8Así, pues, no me enviasteis acá
vosotros, sino Dios, que me ha puesto por padre de Faraón y por señor de toda
su casa, y por gobernador en toda la tierra de Egipto”.[1]
Dios utilizaría a José para preservar la vida de la familia
de Jacob, salvar a Egipto y preparar el camino para el inicio de la nación de
Israel.
I.- Se
esfuerza en mitigar el pesar de ellos por las injurias que habían cometido
contra él mostrándoles cuánto bien había sacado Dios de todo ello: No os entristezcáis, ni os pese de
haberme vendido acá (v. 5). Los pecadores deben apenarse por sus pecados;
pero las personas verdaderamente arrepentidas habrían de sentirse profundamente
afectadas al ver cómo saca Dios bienes de los males. A continuación, les dice
José cuánto tiempo resta todavía de hambre: cinco años (v. 6), y qué
oportunidades tenía él para favorecer a sus parientes y amigos: Dios me
envió delante de vosotros (vv. 5, 7).
1. El Israel de Dios es objeto de un cuidado especial por parte de la
Providencia de Dios.
2. La Providencia tiene una vista muy larga, y tiene asimismo un brazo muy
largo. El salmista alaba a Dios por esto: Envió a un varón delante de ellos,
a José (Sal. 105:17). Dios ve su propia obra desde el principio hasta el
fin, pero nosotros no (Ecl. 3:11).
3. Dios obra a menudo por medios que parecen contrarios. Muchos de los que
dieron muerte a Cristo fueron salvos por su muerte.
4. A Dios debe ser toda la gloria: No me enviasteis acá vosotros, sino
Dios (v. 8). No deben ellos estar orgullosos por lo sucedido, porque ha
sido obra de Dios, no de ellos.
II.- Promete
tomar a su cargo a su padre y a toda la familia durante el resto de los años de
hambre.
1. Sus hermanos deben darse prisa en ir a Canaán e informar a Jacob de que
su hijo José es gobernador en toda la tierra de Egipto (vv. 8, 9). Si
algo podía rejuvenecer a Jacob, sería esto.
2. Muestra gran interés en que su padre y toda su familia vengan a él, a
Egipto: Ven a mí, no te detengas (v. 9). Los piensa alojar en Gosén y
proveer allí para ellos: Allí te alimentaré (v. 11). También en esto es
tipo de Cristo, quien habiendo sido exaltado a los más altos honores y poderes
del más alto Cielo, quiere que todos los suyos estén donde está él (Jn. 17:24).[2]
3.- Ilustración:
Tiernamente, José
tranquilizó a sus hermanos “para
preservación de vida me envió Dios”: Jehová obró a través de las malas y
despreciables acciones de los hermanos de José, no sólo para que preservara a
su propia familia, sino también la vida de muchas personas del antiguo mundo.
Este mismo trabajo de Yahvé de obrar a través de malas conductas, lo podemos
ver durante toda la historia de las Escrituras y llega a su clímax con la
muerte y resurrección de Jesucristo. Esto es justamente el punto principal del
sermón de Pedro en el Pentecostés cuando Dios creó la Iglesia.
Mientras que incrédulos oficiales judíos y débiles soldados romanos conspiraban
para matar a Jesús, ya estaba todo «entregado por el determinado consejo y
anticipado conocimiento de Dios» (Hch 2:23). De la misma manera, las acciones
bárbaras de los hermanos de José, prepararon el escenario para la obra
salvadora del Dios vivo (Gén. 50:20).
José reafirma que
Dios impuso su buen propósito
sobre el mal proceder de sus hermanos “padre
de Faraón”: José era consejero del Faraón, mucho más consejero que
cualquier padre para su hijo.[3]
4.- Aplicación:
La certeza de que
la voluntad de Dios y no la humana es la realidad controladora de cada
acontecimiento, brilló a través de esa reconciliación como la base de todo. Sin
duda, José se había consolado muchas veces aplicando este principio de fe a sí
mismo. Aquel que es espiritual, puede percibir la mano de Dios actuando en
todos los acontecimientos de su vida y por lo tanto, es capaz de perdonar a los
que le hacen daño.[4]
Elena de White nos recuerda: “Los que buscan torcer el propósito divino y
oponerse a su voluntad, pueden parecer prosperar durante un tiempo; pero Dios
está obrando para cumplirlo. El, a su debido tiempo, manifestará quién es el
gobernante de los cielos y de la tierra”. (Historia de los Patriarcas y
Profetas, 258)
Pr. Wilbert Maluquish
Agosto, 2015
[1]Reina
Valera Revisada (1960) (Miami: Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998), Gn
45.7-9.
[2]Matthew
Henry and Francisco Lacueva, Comentario Bı́blico De Matthew Henry (08224
TERRASSA (Barcelona): Editorial CLIE, 1999), 69.
[3]Neuvo Comentario Ilustrado De La Biblia (Nashville:
Editorial Caribe, 2003), 77.
[4]John F. Walvoord and Roy B. Zuck, El Conocimiento
Bíblico, Un Comentario Expositivo: Antiguo Testamento, Tomo 1:
Génesis-Números (Puebla, México: Ediciones Las Américas, A.C., 1996),
110.