2.- Texto: Gén 34:2 “Y la vio Siquem hijo de Hamor heveo, príncipe de aquella tierra, y la tomó,
y se acostó con ella, y la deshonró”. [1]
Las personas
jóvenes, especialmente las mujeres, nunca están tan a salvo y tan bien como
bajo el cuidado de padres piadosos. Su propia ignorancia y los halagos y
artificios mal intencionados de la gente impía, que siempre está poniéndoles
trampas, las exponen a gran peligro.
Dina, la única
hija de Jacob, tendría por ahora quince o dieciséis años cuando en esta ocasión
dio pie a tantas desdichas. Obsérvese:
1. Su vana curiosidad. Fue a ver; no sólo eso, sino que fue a
ser vista también. Fue a ver a las hijas del país, pero es posible que
abrigase el pensamiento de ver también a los hijos del país. El hebreo indica
que deseaba hacer amistad con las cananeas, sin duda, quería conocer sus
costumbres.
2. La pérdida de su honra mediante la violación
forzada (v. 2). Dina
marchó a mirar los alrededores; pero si hubiese mirado por sí misma como debía,
no habría caído en aquella trampa.
El comienzo del
pecado es como dejar escapar el agua. ¿Qué tanto importa que se encienda un
fuego pequeño? Debemos evitar cuidadosamente todas las ocasiones de pecar y las
aproximaciones a ello.[3]
3. El galanteo que le hizo Siquem después de
haberla deshonrado (v. 3–4).
4. Las noticias llegan al pobre Jacob (v. 5). El buen hombre se calló, como
atónito que no sabe qué decir. Había dejado en manos de sus hijos mayores la
gestión de sus negocios (según todos los indicios), y no se atrevía a hacer
nada sin ellos. Fue una imprudencia. Las cosas no marchan bien cuando la
autoridad del padre está de baja en una familia.[4]
3.- Ilustración:
Hoy en
día se escucha con frecuencia la noticia dramática de la violación sexual que
acontece con niñas pequeñas tanto como con mujeres. Más personas están
anunciando públicamente malos tratos de familiares y extraños en los primeros
años de vida. Esto nos hace pensar en la gravedad de la violación sexual.
4.- Aplicación:
El dolor que resulta de una violación se extiende a toda la
familia y a los demás. Los pecados pueden tener consecuencias mucho más graves
y extensas de lo que pensamos.
No permita que la pasión sexual lo lleve a pecar. Las
pasiones hay que dominarlas.
Un consejo para los jóvenes de Elena de White: “Un corto
tiempo invertido en sembrar malas hierbas, queridos amigos jóvenes, producirá
una cosecha que amargará vuestra vida toda; una hora de descuido; ceder una vez
a la tentación, pueden hacer que toda la corriente de vuestra vida se encauce
en una dirección equivocada. No podéis tener más que una juventud; invertidla
en forma útil. Cuando hayáis pasado sobre este terreno una vez, nunca podréis
regresar para rectificar vuestros errores. El que se niega a relacionarse con
Dios, y se coloca a sí mismo en el camino de la tentación, caerá con seguridad.
Dios está probando a cada joven.”. (Consejo para jóvenes enamorados, 63:3)
Pr. Wilbert Maluquish
Agosto, 2015
[1]Reina
Valera Revisada (1960) (Miami: Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998), Gn
34.2-3.
[2]Matthew
Henry, Comentario De La Biblia Matthew Henry En Un Tomo. (Miami:
Editorial Unilit, 2003), 54.
[3]Ibid.
[4]Ibid., 60.