lunes, 10 de agosto de 2015

JACOB ES BENDECIDO

1.- Lección: Las bendiciones de Dios siempre pueden exceder a los fraudes humanos.
2.- Texto: Gén 30:37-43  37Tomó luego Jacob varas verdes de álamo, de avellano y de castaño, y descortezó en ellas mondaduras blancas, descubriendo así lo blanco de las varas. 38Y puso las varas que había mondado delante del ganado, en los canales de los abrevaderos del agua donde venían a beber las ovejas, las cuales procreaban cuando venían a beber. 39Así concebían las ovejas delante de las varas; y parían borregos listados, pintados y salpicados de diversos colores. 40Y apartaba Jacob los corderos, y ponía con su propio rebaño los listados y todo lo que era oscuro del hato de Labán. Y ponía su hato aparte, y no lo ponía con las ovejas de Labán.[1]

Esta es una historia poco común que relata la forma en que Jacob adquirió sus riquezas. Ese hombre superó a su opositor en astucia, o cuando menos, así lo parecía. Pero la victoria de Jacob se debió más a Dios que lo que Jacob pudo entender entonces.[2]

Dios bendijo a Jacob de una manera poco común. Aquí se encuentra un juego de palabras con el nombre Labán (“blanco”), porque en la medida en que Jacob descortezó las varas para descubrir lo blanco (lāḇān) de ellas, veía cómo aumentaban sus rebaños. Le siguió el juego a Labán y ganó—fue más listo que “Blanco”.

Posteriormente, Jacob aceptó claramente (31:7–12) que Dios había intervenido para cumplir las expectativas que él había puesto en las varas blancas. Parecía que las varas, puestas en los abrevaderos, hacían que sus animales fueran más fértiles, ya que se apareaban frente a los abrevaderos. Además, Jacob usó la cruza selectiva para aparear los animales más fuertes para su rebaño y las ovejas más débiles (las hembras) para Labán. Pero esta no fue la única ocasión en que la intervención de Dios en el éxito de Jacob fue mucho más grande de lo que un observador podría pensar.

Así que Jacob se enriqueció muchísimo (30:43) en cumplimiento de la promesa que Dios le hizo en Bet-el y a costa de Labán, que así recibió parte de la recompensa que se merecía. Entre Labán y Jacob se desarrolló una lucha fascinante. Las injusticias y artimañas de Labán se adelantaron al plan de Jacob, así como la intención de Isaac de bendecir a Esaú había precipitado el engaño de Jacob. En ambos casos, las intenciones de defraudarlo, de hecho fueron superadas por Jacob mismo. Sin embargo, posteriormente Jacob consideró que su ganancia real se debía a la bendición divina, aunque tuvo que aceptar las consecuencias (temor y peligro) de sus tretas.[3]

3.- Aplicación:
Lo más probable es que la cría selectiva y la promesa de Dios de provisión fueran las razones fundamentales del incremento en los rebaños de Jacob.
El Señor de una u otra manera defenderá la causa del oprimido y honrará a los que sencillamente confían en su providencia. Que todas nuestras misericordias sean recibidas con acción de gracias y oración, para que viniendo de su generosidad, nos lleven a alabarle.
En realidad, Dios le prometió hacer esto en sueños (31:10), así Jacob llegó a ser rico (v. 43).[4]


Pr. Wilbert Maluquish
Agosto, 2015



[1]Reina Valera Revisada (1960) (Miami: Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998), Gn 30.37-40.
[2]John F. Walvoord and Roy B. Zuck, El Conocimiento Bíblico, Un Comentario Expositivo: Antiguo Testamento, Tomo 1: Génesis-Números (Puebla, México: Ediciones Las Américas, A.C., 1996), 88.
[3]John F. Walvoord and Roy B. Zuck, El Conocimiento Bíblico, Un Comentario Expositivo: Antiguo Testamento, Tomo 1: Génesis-Números (Puebla, México: Ediciones Las Américas, A.C., 1996), 88.

[4]Nuevo Comentario Ilustrado De La Biblia (Nashville: Editorial Caribe, 2003), 57.

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