Noé
es caracterizado por tres expresiones, cada una de las cuales lo coloca en una
posición muy favorable en comparación con sus contemporáneos.
Era bueno, pero no mejor que lo que la gracia de
Dios le había hecho (1 Cor. 15:10). Ahora, observemos su carácter:
(A) Era varón justo, no implica una
inocencia intachable, sino rectitud, honradez y virtud. Esto es, justificado
ante Dios por la fe en la simiente prometida; porque era heredero de la
justicia que es según la fe (Heb. 11:7). Dios ha escogido a veces lo
necio del mundo (1 Cor. 1:27), pero nunca lo bribón del mundo.
(B) Era perfecto no con perfección de
impecabilidad, sino con integridad moral; y es una gran ventaja para nosotros
el que, en virtud del pacto de gracia sobre el fundamento de la justicia de
Cristo, la integridad nos es contada por perfección. Se refiere no
sólo a la vida piadosa de Noé sino también a la constancia de su religión en
medio del ambiente cargado de iniquidad en que vivía.
(C) Caminó
con Dios. La
vida de Noé recuerda la de su piadoso antepasado, Enoc (Gén. 5:22, 24), que
había sido trasladado a la gloria eterna tan sólo 69 años antes del nacimiento
de Noé. Durante su niñez, cuando la
traslación de Enoc todavía estaba vívida en la memoria de las generaciones más
antiguas, Noé debe haber oído numerosos comentarios acerca de la vida de ese
hombre piadoso.
Vivió una vida de comunión con
Dios. Dios mira con ojos de gracia sobre aquellos que sinceramente miran hacia
arriba con ojos de fe. Es fácil ser religioso cuando la religión está de moda;
pero es señal evidente de fuerte fe y firme resolución el avanzar contra
corriente, y el ponerse de parte de Dios cuando nadie más está de parte de Él.[2]
Elena de
White señala que Sí, en medio de esa era degenerada, Noé era un placer para su
Creador.[3]
3.- Ilustración:
Se busca del hombre:
Grecia decía… Sé sabio, conocerte a ti mismo.
Roma decía… Sé fuerte, disciplínate a ti
mismo.
El judaísmo decía… Sé santo, confórmate
contigo mismo.
El epicurianismo dice… Sé sensual, goza tú
mismo.
La educación dice… Sé ingenioso, expándete tú
mismo.
La sicología dice… Sé confidente, satúrate a
ti mismo.
El materialismo dice… Se adquisitivo,
diviértete tú mismo.
El orgullo dice… Sé superior, promuévete tú mismo.
El escepticismo dice… Sé inferior, suprímete
tú mismo.
La democracia dice… Sé razonable, contrólate
tú mismo.
El comunismo dice… Sé colectivo, asegúrate tú
mismo.
El humanismo dice… Sé capaz, confía en ti
mismo.
La filantropía dice… Sé altruista, entrégate
tú mismo.
Más la Biblia dice… Sé recto, integro y camina
con Dios.
4.- Aplicación:
Noé amó
y obedeció a Dios sinceramente. Por toda una vida caminó por la fe, y fue un
ejemplo vivo a su generación.
Como
Noé, vivimos en un mundo repleto de maldad. ¿Estamos influenciando o nos
dejamos influenciar por otros?
Pr. Wilbert
Maluquish
Julio, 2015