jueves, 27 de agosto de 2015

PERSEVERANCIA Y LABORIOSIDAD

1.- Lección: Perseverancia y laboriosidad forman son parte de la vida de los exitosos.
2.- Texto: Gén 47:6 “…y si entiendes que hay entre ellos hombres capaces, ponlos por mayorales del ganado mío”.[1]
José obtuvo para sus hermanos el permiso real para asentarse en la tierra de Gosén (vv. 5–6). Esta fue una prueba de la gratitud de Faraón a José. Incluso les ofreció el rey el puesto de mayorales en su propio ganado, si tuvieran idoneidad, a cargos en la estructura político-económica del imperio.[2]
Elena de White comenta al respecto. “La montaña del progreso no se puede escalar sin esfuerzo. Nadie debe esperar que se lo lleve al éxito en los asuntos religiosos ni en los seculares, sin que necesite valerse de sus propios esfuerzos. La carrera no es siempre para los veloces, ni la batalla para los fuertes; sin embargo, el que trabaje con mano perezosa empobrecerá. Los perseverantes y laboriosos no sólo son felices ellos mismos, sino que contribuyen grandemente a la felicidad ajena. La competencia y la comodidad no se alcanzan generalmente sino por ardoroso trabajo. Faraón demostró su aprecio por este rasgo de carácter cuando dijo a José “Si entiendes que hay entre ellos hombres eficaces, ponlos por mayorales del ganado mío”. Génesis 47:6” (Testimonio para la iglesia, tomo 5:168)
Aunque José sabía el peligro que eso acarrearía. Elena de White señala: “La gratitud hacia su primer ministro induciría al monarca a honrarlos con nombramientos para ocupar cargos oficiales; pero José, leal al culto de Jehová, trató de salvar a sus hermanos de las tentaciones a que se expondrían en una corte pagana; por consiguiente, les aconsejó que cuando el rey les preguntara, le dijeran francamente su ocupación. Los hijos de Jacob siguieron este consejo, teniendo cuidado también de manifestar que habían venido a morar temporalmente en la tierra, y no a permanecer allí, reservándose de esa manera el derecho de marcharse cuando lo desearan. El rey les asignó un lugar, como había ofrecido, en lo mejor del país, en la tierra de Gosén”. (Historia de los Patriarcas y Profetas, 210)

3.- Ilustración:
La historia de Barry C. Black:[3] Capellán adventista de la Marina de Estados Unidos, es un ejemplo de perseverancia y laboriosidad.
En octubre de 2000, cuando la fragata Cole fue averiada por un ataque terrorista en Yemen, el Contralmirante Barry Black viajó hacia el puerto de base de esa embarcación en Norfolk, Estado de Virginia, para participar del servicio ofrecido en memoria de las 17 víctimas de la explosión. El entonces presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, fue el orador invitado a esa ceremonia.
En julio de 1999, cuando los restos de John F. Kennedy, hijo, y su esposa Carolyn Bessette, fueron sepultados en el mar, en la costa del Estado de Massachusetts, el capellán Black estaba presente para consolar a los familiares de los desaparecidos.
El hecho de que Black estuviese dando apoyo y servicio pastoral a gente tan famosa e influyente podría haber parecido una fantasía inalcanzable para quien se había criado junto a una madre sola, en un barrio pobre de la ciudad de Baltimore, Estado de Maryland, durante las décadas de 1950 y 1960.
Es que la vida de Barry Black no es tanto un relato de buena suerte sino de dedicación cristiana, de apoyo de la familia y de la iglesia, de guía y oportunidades providenciales. Dios permitió que Black estuviera en situaciones en las que pudo desarrollarse física, emocional, social y espiritualmente, y en las que tuvo oportunidad de derribar el prejuicio y tomar posición en favor del cristianismo en general y del adventismo en particular.
Hoy Barry Black, en su puesto de Capellán en Jefe de los capellanes navales de su país, es el profesional de más alto rango de su tipo en la marina norteamericana. Supervisa los servicios de los capellanes de fe católica, ortodoxa, protestante y judía de la armada, las fuerzas de desembarco, los famosos “marines”, el servicio de guardacostas y la marina mercante; alrededor de 1.400 en total. Reside en el histórico Campo Naval de Washington y tiene su oficina en el Anexo Naval, a un paso del Pentágono, en la capital norteamericana. Black y su esposa, Brenda, tienen tres hijos: Barry, Brendan y Bradford.
Black estudió en el Colegio Oakwood, en la Universidad Andrews, la Universidad Central de Carolina del Norte, el Seminario Bautista del Este, la Universidad Salve y la Universidad Internacional de los Estados Unidos. Obtuvo maestrías en teología, psicología, y administración, y doctorados en teología pastoral y psicología.

4.- Aplicación:
El faraón ofreció emplearlos como pastores siempre y cuando fueran hombres activos. Cualquiera sea nuestro oficio o empleo, debemos tratar de destacarnos en él y mostrarnos inteligentes y trabajadores siempre.



Pr. Wilbert Maluquish
Agosto, 2015








[1]Reina Valera Revisada (1960) (Miami: Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998), Gn 47.6.
[2]Daniel Carro, José Tomás Poe, Rubén O. Zorzoli and Tex.) Editorial Mundo Hispano (El Paso, Comentario Bı́blico Mundo Hispano Genesis, 1. ed. (El Paso, TX: Editorial Mundo Hispano, 1993-<1997), 252.
[3]Stephen Chavez,  Revista adventista diálogo Universitario

miércoles, 26 de agosto de 2015

VISIONES DE NOCHE

1.- Lección: Cuando los planes están de acuerdo con la voluntad divina, son revelados por la providencia.
2.- Texto: Gén 46:1-4 “2Y habló Dios a Israel en visiones de noche, y dijo: Jacob, Jacob. Y él respondió: Heme aquí. 3Y dijo: Yo soy Dios, el Dios de tu padre; no temas de descender a Egipto, porque allí yo haré de ti una gran nación. 4Yo descenderé contigo a Egipto, y yo también te haré volver; y la mano de José cerrará tus ojos.” [1]
Israel fue a Beerseba para ofrecer sacrificios a Dios. Sin duda una pregunta que daba vueltas en su cabeza estaba relacionada con el hecho de trasladarse permanentemente a Egipto o solamente ir para visitar a su hijo. Dios le da a Jacob un mensaje de consuelo por medio de unas visiones en la noche.[2]
I.-        De camino para Egipto, Jacob prestó su reconocimiento a Dios. Vino a Beerseba, desde Hebrón donde ahora vivía; y allí ofreció sacrificios al Dios de su padre Isaac (v. 1). Allí había invocado Abraham el nombre de Jehová Dios eterno (21:33), y lo mismo hizo Isaac (26:25). En este caso, Jacob:
1. Tenía puesta la mirada en Dios como el Dios de su padre Isaac, esto es, el Dios del pacto con él.
2. Ofreció sacrificios:
(A) En prueba de agradecimiento por el bendito cambio operado recientemente en el rostro espiritual de su familia, por las buenas noticias que había recibido respecto de José, y por la firme esperanza que abrigaba de volver a verle.
(B) Para implorar que Dios le acompañase con su presencia en el viaje que iba a emprender.
(C) Para consultar la voluntad de Dios. Jacob tampoco quería marchar sin obtener el consentimiento de Dios.
II.-       Dios dirigió todos sus pasos: Habló Dios a Israel en visiones de noche (v. 2). Si le hablamos a Dios como es debido, Él no dejará de hablarnos a nosotros. ¿Qué tenía Dios que decirle a Jacob?
1. Primeramente, le renueva el pacto con estas palabras: Yo soy Dios, el Dios de tu padre (v. 3).
2. Le anima a efectuar el traslado de su familia: No temas descender a Egipto. El gozo debe sustituir al temor cuando oímos la voz de Dios. Jacob estaba muy preocupado por este viaje, y Dios lo tenía todo en cuenta.
(A) Él era viejo, y el viaje era largo.
(B) Abrigaba ciertos temores de que sus hijos se contaminasen con la idolatría de Egipto y se olvidasen del Dios de sus padres, o que se enamorasen de los placeres de Egipto y se olvidasen de la tierra prometida.
3. Le promete consuelo y ayuda para el traslado diciéndole:
(A) Que se multiplicarían grandemente en Egipto (v. 3).
(B) Que Su presencia le acompañaría durante el viaje: Yo descenderé contigo a Egipto (v. 4).
(C) Que ni él ni los suyos se perderían en Egipto. Aunque Jacob murió en Egipto, esta promesa se cumplió. (a) Cuando su cadáver fue traído desde Egipto para ser sepultado en Canaán. (b) Cuando su descendencia se estableció más tarde en Canaán. Por muy ensombrecido que esté el valle por el que tengamos que atravesar alguna vez bajo el llamamiento de Dios, podemos marchar confiados, pues si Dios desciende con nosotros al valle, de seguro que nos acompañará para remontarlo de nuevo. Incluso cuando descienda con nosotros hasta el sepulcro, de cierto nos hará ascender después hasta la gloria.
(D) Que, vivo o muerto su amado José sería su apoyo y consuelo: La mano de José cerrará tus ojos.[3]

3.- Ilustración:
El viaje de Jacob a Egipto duró 400 años, antes que le dieran la bienvenida a la Tierra Prometida de Canaán. Israel entró a Egipto con sus 12 hijos, incluido José, y pasados esa cantidad de años, salieron convertidos en una pequeña nación. Jacob pasó por el mismo sitio que había sido tan importante para su abuelo Abraham (21:22-34) y para su padre Isaac (26:26-33) a Beerseba: Lugar donde Jacob (o Israel) dejó a su familia para dirigirse a Harán (28:10) ofreció sacrificio: Además de adorar a Dios en Beerseba, le consagró a su familia antes de dejar la Tierra Prometida.[4]

4.- Aplicación:
Asegúrate que tus planes estén de acuerdo a la voluntad divina. Pues cuando estamos frente a una decisión importante, necesitamos apartarnos a los lugares donde solemos escuchar la voz de Dios, y esperar que nos dé su visión.
Cuando las nuevas circunstancias o las nuevas cosas que lo rodean lo atemoricen o preocupen, reconozca que es normal temer. Sin embargo, dejarnos paralizar por el miedo es indicio de que estamos poniendo en duda la capacidad de Dios para cuidarnos.
Busque la promesa: “´No temas de descender a Egipto, porque yo te pondré allí en gran gente´, era muy significativa. Se había prometido que su descendencia sería tan numerosa como las estrellas; pero hasta entonces el pueblo elegido había aumentado lentamente. Y la tierra de Canaán no ofrecía en ese tiempo campo propicio para el desarrollo de la nación que se había predicho... Egipto, sin embargo, ofrecía las condiciones necesarias para el cumplimiento del propósito divino. Se les ofrecía allí un sector del país bien regado y fértil, con todas las ventajas necesarias para un rápido crecimiento. Y la antipatía que habían de encontrar en Egipto debido a su ocupación, porque para ´los egipcios es abominación todo pastor de ovejas´, les permitiría seguir siendo un pueblo distinto y separado, y serviría para impedirles que participaran en la idolatría egipcia”. (Historia de los Patriarcas y Profetas, 209)



Pr. Wilbert Maluquish
Agosto, 2015






[1]Reina Valera Revisada (1960) (Miami: Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998), Gn 46.2-5.
[2]Daniel Carro, José Tomás Poe, Rubén O. Zorzoli and Tex.) Editorial Mundo Hispano (El Paso, Comentario Bı́blico Mundo Hispano Génesis, 1. ed. (El Paso, TX: Editorial Mundo Hispano, 1993-<1997), 249.
[3]Matthew Henry and Francisco Lacueva, Comentario Bı́blico De Matthew Henry (08224 TERRASSA (Barcelona): Editorial CLIE, 1999), 70.
[4]Nuevo Comentario Ilustrado De La Biblia (Nashville: Editorial Caribe, 2003), 78.

martes, 25 de agosto de 2015

LA PRUEBA DEL PERDÓN

1.- Lección: Aquel que es espiritual, puede percibir la mano de Dios actuando en todos los acontecimientos de su vida y por lo tanto, es capaz de perdonar a los que le hacen daño.
2.- Texto: Gén 45:7,8 “7Y Dios me envió delante de vosotros, para preservaros posteridad sobre la tierra, y para daros vida por medio de gran liberación. 8Así, pues, no me enviasteis acá vosotros, sino Dios, que me ha puesto por padre de Faraón y por señor de toda su casa, y por gobernador en toda la tierra de Egipto”.[1]
Dios utilizaría a José para preservar la vida de la familia de Jacob, salvar a Egipto y preparar el camino para el inicio de la nación de Israel.
I.-        Se esfuerza en mitigar el pesar de ellos por las injurias que habían cometido contra él mostrándoles cuánto bien había sacado Dios de todo ello: No os entristezcáis, ni os pese de haberme vendido acá (v. 5). Los pecadores deben apenarse por sus pecados; pero las personas verdaderamente arrepentidas habrían de sentirse profundamente afectadas al ver cómo saca Dios bienes de los males. A continuación, les dice José cuánto tiempo resta todavía de hambre: cinco años (v. 6), y qué oportunidades tenía él para favorecer a sus parientes y amigos: Dios me envió delante de vosotros (vv. 5, 7).
1. El Israel de Dios es objeto de un cuidado especial por parte de la Providencia de Dios.
2. La Providencia tiene una vista muy larga, y tiene asimismo un brazo muy largo. El salmista alaba a Dios por esto: Envió a un varón delante de ellos, a José (Sal. 105:17). Dios ve su propia obra desde el principio hasta el fin, pero nosotros no (Ecl. 3:11).
3. Dios obra a menudo por medios que parecen contrarios. Muchos de los que dieron muerte a Cristo fueron salvos por su muerte.
4. A Dios debe ser toda la gloria: No me enviasteis acá vosotros, sino Dios (v. 8). No deben ellos estar orgullosos por lo sucedido, porque ha sido obra de Dios, no de ellos.
II.-       Promete tomar a su cargo a su padre y a toda la familia durante el resto de los años de hambre.
1. Sus hermanos deben darse prisa en ir a Canaán e informar a Jacob de que su hijo José es gobernador en toda la tierra de Egipto (vv. 8, 9). Si algo podía rejuvenecer a Jacob, sería esto.
2. Muestra gran interés en que su padre y toda su familia vengan a él, a Egipto: Ven a mí, no te detengas (v. 9). Los piensa alojar en Gosén y proveer allí para ellos: Allí te alimentaré (v. 11). También en esto es tipo de Cristo, quien habiendo sido exaltado a los más altos honores y poderes del más alto Cielo, quiere que todos los suyos estén donde está él (Jn. 17:24).[2]

3.- Ilustración:
Tiernamente, José tranquilizó a sus hermanos “para preservación de vida me envió Dios”: Jehová obró a través de las malas y despreciables acciones de los hermanos de José, no sólo para que preservara a su propia familia, sino también la vida de muchas personas del antiguo mundo. Este mismo trabajo de Yahvé de obrar a través de malas conductas, lo podemos ver durante toda la historia de las Escrituras y llega a su clímax con la muerte y resurrección de Jesucristo. Esto es justamente el punto principal del sermón de Pedro en el Pentecostés cuando Dios creó la Iglesia. Mientras que incrédulos oficiales judíos y débiles soldados romanos conspiraban para matar a Jesús, ya estaba todo «entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios» (Hch 2:23). De la misma manera, las acciones bárbaras de los hermanos de José, prepararon el escenario para la obra salvadora del Dios vivo (Gén. 50:20).
José reafirma que Dios impuso su buen propósito sobre el mal proceder de sus hermanos “padre de Faraón”: José era consejero del Faraón, mucho más consejero que cualquier padre para su hijo.[3]

4.- Aplicación:
La certeza de que la voluntad de Dios y no la humana es la realidad controladora de cada acontecimiento, brilló a través de esa reconciliación como la base de todo. Sin duda, José se había consolado muchas veces aplicando este principio de fe a sí mismo. Aquel que es espiritual, puede percibir la mano de Dios actuando en todos los acontecimientos de su vida y por lo tanto, es capaz de perdonar a los que le hacen daño.[4]

Elena de White nos recuerda: “Los que buscan torcer el propósito divino y oponerse a su voluntad, pueden parecer prosperar durante un tiempo; pero Dios está obrando para cumplirlo. El, a su debido tiempo, manifestará quién es el gobernante de los cielos y de la tierra”. (Historia de los Patriarcas y Profetas, 258)



Pr. Wilbert Maluquish
Agosto, 2015






[1]Reina Valera Revisada (1960) (Miami: Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998), Gn 45.7-9.
[2]Matthew Henry and Francisco Lacueva, Comentario Bı́blico De Matthew Henry (08224 TERRASSA (Barcelona): Editorial CLIE, 1999), 69.
[3]Neuvo Comentario Ilustrado De La Biblia (Nashville: Editorial Caribe, 2003), 77.
[4]John F. Walvoord and Roy B. Zuck, El Conocimiento Bíblico, Un Comentario Expositivo: Antiguo Testamento, Tomo 1: Génesis-Números (Puebla, México: Ediciones Las Américas, A.C., 1996), 110.

lunes, 24 de agosto de 2015

EN MEDIO DE LA CRISIS

1.- Lección: Las peores cosas pueden enmendarse a tiempo.
2.- Texto: Gén 44:16 “6Entonces dijo Judá: ¿Qué diremos a mi señor? ¿Qué hablaremos, o con qué nos justificaremos? Dios ha hallado la maldad de tus siervos; he aquí, nosotros somos siervos de mi señor, nosotros, y también aquel en cuyo poder fue hallada la copa”.[1]
Llega el momento cuando José decide enviar a sus hermanos con los alimentos de regreso a Canaán. Cuando todos pensaban que las cosas se habían mejorado, José tenía otro plan que pone a sus hermanos en medio de una nueva crisis. Esta crisis pone en evidencia que cuando no hemos resuelto adecuadamente los asuntos espirituales y la relación con Dios, nuestros valores se confunden y aunque deseamos hacer lo mejor no siempre es posible. [2]
I.-        Aquí tenemos la humilde sumisión de ellos (v. 16).
1. Reconocen la justicia de Dios: Dios ha hallado la maldad de tus siervos (v. 16), quizá refiriéndose a la injuria que habían hecho anteriormente a José, por la que pensarían que Dios les estaba ahora ajustando las cuentas.
2. Se entregaron a José como prisioneros: Nosotros somos siervos de mi señor. Ahora los sueños de José se cumplían al máximo.[3]
II.-       José, con aires de justicia, sentencia que sólo Benjamín se quede como esclavo, y que los demás sean despedidos, ya que ¿por qué habría de sufrir ningún otro, sino el culpable? Los hechos de esconder la copa en el costal de Benjamín y detener a Benjamín tenían como propósito traer a sus hermanos al punto de confesar su culpabilidad. [4]George Williams escribe:
Actuó de tal manera que recordaran su pecado, para hacerlos confesar con sus propios labios… Su propósito al detener a Simeón, y luego a Benjamín, fue hábilmente diseñado para ver si aún eran indiferentes a los gritos de un hermano cautivo y a las lágrimas de un padre inconsolable. Su plan funcionó a perfección; su severidad y bondad conspiraron para inquietarles; y su benevolencia les ayudó a llegar al arrepentimiento”.32

Elena de White comenta al respecto: En su profundo dolor, Judá se acercó al gobernador y exclamó: “¡Ay, señor mío!, te ruego que permitas a tu siervo decir una palabra a oídos de mi señor, y no se encienda tu enojo contra tu siervo, pues tú eres como el faraón”. Con palabras de conmovedora elocuencia describió el profundo pesar de su padre por la pérdida de José, y su rechazo a permitir que Benjamín viajara con ellos a Egipto, pues era el único hijo que le quedaba de su madre Raquel, a quien Jacob había amado tan tiernamente...”.[5]

3.- Aplicación:
“Te ruego… que quede ahora tu siervo en lugar del joven”. Esas elocuentes palabras de Judá son una figura de la obra vicaria que realizó Jesucristo, el más ilustre descendiente de Judá. (2 Corintios 5:21, 1 Pedro 2:21–22 y 3:18).[6]

Pr. Wilbert Maluquish
Agosto, 2015





[1]Reina Valera Revisada (1960) (Miami: Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998), Gn 44.16.
[2]Daniel Carro, José Tomás Poe, Rubén O. Zorzoli and Tex.) Editorial Mundo Hispano (El Paso, Comentario Bı́blico Mundo Hispano Genesis, 1. ed. (El Paso, TX: Editorial Mundo Hispano, 1993-<1997), 237.
[3]Matthew Henry and Francisco Lacueva, Comentario Bı́blico De Matthew Henry (08224 TERRASSA (Barcelona): Editorial CLIE, 1999), 68.
[4]William MacDonald, Comentario Bíblico De William MacDonald: Antiguo Testamento Y Nuevo Testamento (Viladecavalls (Barcelona), España: Editorial CLIE, 2004), 40.
32 (44:14–17) Williams, Student’s Commentary (Comentario del Estudiante), pág. 39.
[5]Elena de White, Historia de los Patriarcas y Profetas, 207.
[6]Arturo Collins, Estudios Bı́blicos ELA: Ası́ Comenzó Todo (Génesis) (Puebla, Pue., México: Ediciones Las Américas, A. C., 1992), 114.

domingo, 23 de agosto de 2015

EL CONSEJO DE UN PADRE AFLIGIDO

1.- Lección: Dios obra para protegernos de la adversidades, crisis, necesidades de la vida.
2.- Texto: Gén 43:11-14 “11Entonces Israel su padre les respondió: Pues que así es, hacedlo; tomad de lo mejor de la tierra en vuestros sacos, y llevad a aquel varón un presente, un poco de bálsamo, un poco de miel, aromas y mirra, nueces y almendras…Y el Dios Omnipotente os dé misericordia delante de aquel varón, y os suelte al otro vuestro hermano, y a este Benjamín. Y si he de ser privado de mis hijos, séalo”.[1]
Frente a la difícil decisión de dejar ir a Benjamín con sus otros hijos, y el temor de perderlo o que algo malo le fuera a suceder, Jacob echó mano de sus experiencias anteriores y aconseja a sus hijos:
I.-        Se echan de ver en tres cosas la prudencia y la justicia de Jacob:
1. Devolvió el dinero que habían encontrado en la boca de los sacos, con esta discreta consideración: Quizá fue equivocación (v. 12). Aunque obtengamos algo por equivocación, si nos lo quedamos una vez que ha sido descubierta la equivocación, lo estamos guardando fraudulentamente. [2]Además del deber de restituirlo, la honradez en este caso era el camino mejor y más seguro que podrían seguir.[3]
2. Envió el doble de dinero, puesto que ahora tenían que pagar por el trigo ya comprado y por el que iban a comprar en este viaje, especificando de nuevo (no es otro dinero) lo del dinero devuelto.
3. Envió también un presente de cosas que se hallaban en cierta abundancia en Canaán, pero que escaseaban en Egipto como la miel de dátiles y las almendras o probablemente, los pistachos (v. 11), además de otras cosas muy apreciadas que Canaán exportaba (37:25).[4]
Jacob podría recordar cómo había pacificado a su hermano Esaú (Proverbios 21:14)[5]
Sin saberlo, estos presentes serían también para “apaciguar la ira de otro hermano ofendido”.[6]
Esto probaría honestidad y buena intención.
II.-       La piedad de Jacob se echa de ver en su oración: El Dios Omnipotente (El-Shadday = el Dios Todosuficiente) os de misericordia delante de aquel varón (v. 14). Jacob apela al nombre con que Dios se había revelado a su abuelo Abraham (17:1), pues nadie, excepto el Todosuficiente, podía ayudar a un pobre padre que temblaba por la pérdida probable de su hijo menor tras haber perdido a su favorito José. Jacob había cambiado, hacía tiempo, un hermano furioso en amable mediante un presente y una oración; y ahora usa los mismos medios, con el mismo feliz resultado.[7]

Elena de White comenta al respecto: Cuando sus hijos se disponían a emprender su incierto viaje, el anciano padre se puso de pie, y levantando los brazos al cielo pronunció esta oración: “Que el Dios omnipotente haga que ese hombre tenga misericordia de vosotros, y os suelte al otro hermano vuestro y a este Benjamín. Y si he de ser privado de mis hijos, que lo sea”.[8]

3.- Aplicación:
Dios estaba obrando para proteger a Jacob y su familia en Egipto. Indudablemente Dios está haciendo eso mismo con cada uno de nosotros. Dios esta obrando!!!

Pr. Wilbert Maluquish
Agosto, 2015






[1]Reina Valera Revisada (1960) (Miami: Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998), Gn 43.11-14.
[2]Matthew Henry and Francisco Lacueva, Comentario Bı́blico De Matthew Henry (08224 TERRASSA (Barcelona): Editorial CLIE, 1999), 68.
[3]Roberto Jamieson, A. R. Fausset and David Brown, Comentario Exegético Y Explicativo De La Biblia - Tomo 1: El Antiguo Testamento (El Paso, TX: Casa Bautista de Publicaciones, 2003), 55.
[4]Henry and Lacueva, 68.
[5]Roberto Jamieson, A. R. Fausset and David Brown, Comentario Exegético Y Explicativo De La Biblia - Tomo 1: El Antiguo Testamento (El Paso, TX: Casa Bautista de Publicaciones, 2003), 55.
[6]Daniel Carro, José Tomás Poe, Rubén O. Zorzoli and Tex.) Editorial Mundo Hispano (El Paso, Comentario Bı́blico Mundo Hispano Genesis, 1. ed. (El Paso, TX: Editorial Mundo Hispano, 1993-<1997), 233.
[7]Henry and Lacueva, 68.
[8]Elena de White, Historia de los Patriarcas y Profetas, 205.

jueves, 20 de agosto de 2015

OLVIDADO, PERO NO RESENTIDO

1.- Lección: Las experiencias adversas no es siempre fácil vivirlas.
2.- Texto: Gén 40:14,15 “14Acuérdate, pues, de mí cuando tengas ese bien, y te ruego que uses conmigo de misericordia, y hagas mención de mí a Faraón, y me saques de esta casa. 15Porque fui hurtado de la tierra de los hebreos; y tampoco he hecho aquí por qué me pusiesen en la cárcel”.[1]

Hay varias enseñanzas prácticas en las experiencias adversas que vivió José en la cárcel. Aunque es fácil expresarlas, no lo es siempre vivir convencidos de ellas.
I.-        La especial providencia de Dios, llenó la cabeza de estos dos presos con sueños inusitados, tanto que hicieron en ellos una impresión extraordinaria y comportaban ciertas evidencias de su origen divino. Ambos los tuvieron la misma noche. [2]Por medio de la misma dirección de la providencia, José fue impulsado a notar su ansiedad por la mañana, y a preguntarles la causa. Consideramos que venía directamente de Dios el hecho de que fuera capaz de darles inmediatamente y sin dudar la interpretación verdadera de sus sueños.[3]
II.-       La impresión que hicieron en ellos estos sueños fue pesimista (v. 6): Estaban tristes.
III.-     José les mostró afecto y compasión, y les preguntó preocupado: ¿Por qué aparecen hoy mal vuestros semblantes? (v. 7) José era su guardián, así como su compañero de prisión, y también él había sido un soñador. Participar en los sufrimientos ajenos ayuda a compadecerse de los que sufren. Por otra parte, es un consuelo y un alivio para los que están en apuros, el saber que hay quien hace caso de ellos.
IV.-     Los sueños y su interpretación. No hay quien lo interprete—le dicen a José—. Entonces José les da la pista para encontrar un intérprete: ¿No son de Dios las interpretaciones? Como si dijera: «Si las interpretaciones pertenecen a Dios, Él es muy libre para comunicar su poder a quien le plazca; por tanto, decidme vuestros sueños». Ahora bien:
1. El sueño del jefe de los coperos era un feliz presagio de su liberación y de la restitución a su cargo en el término de tres días, y así se lo interpretó José (vv. 12–13).
2. El sueño del jefe de los panaderos mostraba proféticamente su muerte ignominiosa (vv. 18–19). La feliz interpretación del sueño del otro le animó a referir su sueño. No fue culpa de José el darle malas noticias. Así también, los ministros de Dios no son más que intérpretes; no pueden hacer que las cosas sean de otro modo del que son.
V.-       La ventaja que obtuvo José de esta oportunidad para tener un amigo en la corte (vv. 14–15). Modestamente imploró el favor del jefe de los coperos cuya restitución había predicho: Acuérdate de mí cuando tengas ese bien (v. 14). Y ¡cuán modestamente presenta también su propio caso! (v. 15). No acusa a sus hermanos que le habían vendido. Tampoco refiere el daño que le había causado su dueña, por cuya causa se encontraba en la cárcel, así como la credulidad de su amo, que se había convertido en su juez; se limita a confesar mansamente su inocencia. Cuando tengamos que vindicar nuestra conducta, debemos evitar al máximo, en la medida de lo posible el hablar mal de otros. Contentémonos con demostrar nuestra inocencia, sin tratar de afear la conducta, aunque sea mala, de otros.[4]
Elena de White comenta al respecto: El copero del rey había expresado la más profunda gratitud a José, tanto por la feliz interpretación de su sueño como por otros muchos actos de bondadosa atención; y José, refiriéndose en forma muy conmovedora a su propio encarcelamiento injusto, le imploró que en compensación presentara su caso ante el rey. “Acuérdate, pues, de mí cuando te vaya bien; te ruego que tengas misericordia y hagas mención de mí al faraón, y que me saques de esta casa, porque fui raptado de la tierra de los hebreos y nada he hecho aquí para que me pusieran en la cárcel”. El principal de los coperos vio su sueño cumplido en todo detalle; pero cuando fue reintegrado al favor real, ya no se acordó de su benefactor. Durante dos años más, José permaneció preso. La esperanza que se había encendido en su corazón se desvaneció poco a poco, y a todas las otras tribulaciones se agregó el amargo aguijón de la ingratitud.[5]

3.- Aplicación:
La cárcel, instrumento de castigo injusto a José, se vuelve el medio en el cual José ha de surgir definitivamente a un lugar de prominencia en los planes de Dios.[6]
Nadie oye el clamor del marginado o del oprimido. Por ello José, en vez de reclamar justicia, pide que el copero actúe con misericordia para con él. Sólo un acto de misericordia, de solidaridad básica entre seres humanos, daría posibilidad a la liberación de José.[7]
Elena de White nos recuerda: “Pero una mano divina estaba por abrir las puertas de la prisión. El rey de Egipto tuvo una noche dos sueños que, por lo visto, indicaban el mismo acontecimiento, y parecían anunciar alguna gran calamidad. Él no podía determinar su significado, pero continuaban turbándole. Los magos y los sabios de su reino no pudieron interpretarlos. La perplejidad y congoja del rey aumentaban, y el terror se esparcía por todo su palacio. El alboroto general trajo a la memoria del copero las circunstancias de su propio sueño; con él recordó a José, y sintió remordimiento por su olvido e ingratitud. Informó inmediatamente al rey cómo su propio sueño y el del primer panadero habían sido interpretados por el prisionero hebreo, y cómo las predicciones se habían cumplido. (Historia de los Patriarcas y Profetas, 196)


Pr. Wilbert Maluquish
Agosto, 2015


[1]Reina Valera Revisada (1960) (Miami: Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998), Gn 40.14-15.
[2]Matthew Henry and Francisco Lacueva, Comentario Bı́blico De Matthew Henry (08224 TERRASSA (Barcelona): Editorial CLIE, 1999), 65.
[3]Alfred Edersheim, Comentario Bíblico Histórico, trans. George Peter Grayling and Xavier Vila (VILADECAVALLS (Barcelona) ESPAÑA: Editorial CLIE, 2009), 86.
[4]Henry and Lacueva, 65.
[5]Elena de White, Historia de los Patriarcas y Profetas, 195.
[6]Daniel Carro, José Tomás Poe, Rubén O. Zorzoli and Tex.) Editorial Mundo Hispano (El Paso, Comentario Bı́blico Mundo Hispano Génesis, 1. ed. (El Paso, TX: Editorial Mundo Hispano, 1993-<1997), 216.
[7]Ibid, 218.

miércoles, 19 de agosto de 2015

UNA SOCIEDAD BENDECIDA

1.- Lección: La presencia de Dios con nosotros hace que prospere todo lo que hacemos.
2.- Texto: Gén 39:2,3 “2Mas Jehová estaba con José,a y fue varón próspero... 3Y vio su amo que Jehová estaba con él, y que todo lo que él hacía, Jehová lo hacía prosperar en su mano”.[1]

Potifar lo había comprado de los ismaelitas, como se repite en el ver. 1 con el propósito de reasumir el hilo de la narración; y Yahvé estaba con él, así que prosperó en la casa de su señor egipcio. Cuando Potifar percibió esto, José halló gracia en sus ojos, y llegó a ser su siervo, en quien puso toda su casa (lo hizo el mayordomo de todos los asuntos de su casa), y a quien confió toda su propiedad.[2]
I.-        José fue vendido a un oficial de Faraón, en cuya casa tuvo oportunidad de conocer a personas prominentes y enterarse de negocios importantes del país, con lo cual iba siendo capacitado para el alto puesto que después había de ocupar. Cuando Dios destina a una persona para algún servicio, también se cuida de equiparla para él, de un modo u otro.[3]
II.-       José es bendecido maravillosamente. En casa de Potifar a José le sucedió como en la suya propia. Porque las circunstancias, tanto adversas como favorables, no pueden alterar nuestros caracteres. El que es fiel en lo poco también será fiel en lo mucho; y el que no sabe cómo utilizar lo que le ha sido confiado, incluso lo que tiene le será arrebatado.[4]
1. Dios le prosperó (vv. 2–3). Dos factores, el uno humano, el otro divino, se unen para proveer a José el ambiente y las circunstancias necesarias para su sobrevivencia y bienestar en Egipto. El primero, un alto funcionario del faraón lo adquiere como esclavo y lo asigna a su propia casa reconociendo la capacidad de José. Este hecho provee a José de casa y de oportunidades para desarrollar sus actividades y nuevamente su condición de preeminencia. En esta nueva circunstancia José pone de sí todo su empeño, diligencia y buena voluntad. Su trabajo prospera y él cumple con sus responsabilidades de una manera excelente. Lo segundo, es la presencia constante, visible y fructífera de Jehovah con José. Este factor será la clave de todo el desarrollo de la historia de José. Esta presencia de Jehovah es, en primer lugar, fruto del propósito divino de Dios para con José.[5]
2. Su amo comenzó a ascenderle, hasta hacerle mayordomo de su casa (v. 4).
La presencia de Dios en José se traduce en dos resultados concretos: Primero, Potifar reconoce la relación especial de José con Dios. Obviamente esta relación, como la de Daniel (Dan. 6:10) no es secreta, sino visible y abierta. Segundo, la presencia de Dios en José causa bendición a Potifar. El éxito de la prosperidad de Potifar es el resultado de la bendición de Dios. Aquí vemos dos cosas: el cumplimiento de la promesa patriarcal de ser de bendición a todas las familias. Además, la humildad de José, quien seguramente ante preguntas o alabanzas por su trabajo, atribuye todo a Dios. La presencia de Jehová en José que le daba éxito en sus tareas y el reconocimiento de ello por parte de Potifar, resultan finalmente en el nombramiento de José como administrador de la casa y los recursos materiales del egipcio. En la antigüedad asignaban responsabilidades importantes a los esclavos que demostraban lealtad, conocimientos y habilidades especiales. Dos áreas importantes quedaban fuera de la autoridad de José: Por razones rituales y ceremoniales él no podía encargarse del alimento del capitán (43:32), y la esposa del egipcio, la que ha de ser causa de tragedia a José.[6]
Es señal de sabiduría por parte de los que ocupan algún puesto de autoridad el poner los ojos en las personas fieles y favorecidas con una presencia especial de Dios y darles el empleo conveniente (Sal. 101:6). Potifar sabía lo que hacía al poner todo en manos de José. [7]
3. Dios favoreció a su amo por causa de él (v. 5): Bendijo la casa del egipcio, a pesar de ser un extraño al pueblo de Israel y ajeno al verdadero Dios, a causa de José. Los buenos son una fuente de bendición para los lugares donde viven.[8]

Elena de White comenta al respecto: Al llegar a Egipto, José fue vendido a Potifar, jefe de la guardia real, a cuyo servicio permaneció durante diez años. Allí estuvo expuesto a tentaciones extraordinarias. Estaba en medio de la idolatría. La adoración de dioses falsos estaba rodeada de toda la pompa de la realeza, sostenida por la riqueza y la cultura de la nación más altamente civilizada de aquel entonces. No obstante, José conservó su sencillez y fidelidad a Dios. Las escenas y la seducción del vicio le circundaban por todas partes, pero él permaneció como quien no veía ni oía. El deseo de ganarse el favor de los egipcios no pudo inducirle a ocultar sus principios.
La notable prosperidad que acompañaba a todo lo que se encargara a José no era resultado de un milagro directo, sino que su industria, su interés y su energía fueron coronados con la bendición divina. José atribuyó su éxito al favor de Dios, y hasta su amo idólatra aceptó eso como el secreto de su sin igual prosperidad. Sin embargo, sin sus esfuerzos constantes y bien dirigidos, nunca habría podido alcanzar tal éxito. Dios fue glorificado por la fidelidad de su siervo.
La dulzura y la fidelidad de José cautivaron el corazón del jefe de la guardia real, que llegó a considerarlo más como un hijo que como un esclavo. El joven entró en contacto con hombres de alta posición y de sabiduría, y adquirió conocimientos de las ciencias, los idiomas y los negocios; educación necesaria para quien sería más tarde primer ministro de Egipto.[9]

3.- Aplicación:
Nuestros enemigos pueden despojarnos de las distinciones y adornos externos pero la sabiduría y la gracia no nos pueden ser quitadas. Ellos pueden separarnos de los amigos, los parientes y de la patria pero no pueden apartarnos de la presencia del Señor. Pueden aislarnos de las bendiciones externas, robarnos la libertad y confinarnos en calabozos, pero no pueden impedirnos la comunión con Dios, del trono de la gracia, o arrebatarnos las bendiciones de la salvación.
José fue bendecido, maravillosamente bendecido, aun en la casa donde era esclavo. La presencia de Dios con nosotros hace que prospere todo lo que hacemos. Los hombres buenos son bendición en el lugar donde viven; los buenos siervos pueden serlo aunque sean mal y poco estimados. La prosperidad del impío es, de una u otra manera, a causa del piadoso. Aquí una familia mala fue bendecida por amor del buen siervo de ella.[10]
Elena de White nos recuerda: “Dios puede hacer del más humilde de los seguidores de Cristo algo más preciado que el oro fino, aunque el oro de Ofir, si se rinde por completo para ser moldeado por su mano transformadora. Ellos deberían estar determinados a utilizar de la manera más noble cada facultad y cada oportunidad. La Palabra de Dios debiera ser su objeto de estudio y su guía a fin de decidir qué es lo mejor en todos los casos. ... En muchos casos, Dios puede hacer poco en favor de hombres y mujeres educados, pues no sienten la necesidad de aprender de él que es la fuente de la sabiduría. Si confía en su propia fortaleza y sabiduría, seguramente fracasará. Dios reclama una consagración íntegra y completa. No aceptará nada menos que esto. Cuanto más difícil sea su posición, más necesitará de Jesús. (Cristo Triunfante, 96)


Pr. Wilbert Maluquish
Agosto, 2015





a a 39.2: Hch. 7.9.
[1]Reina Valera Revisada (1960) (Miami: Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998), Gn 39.2-4.
[2]Carl Friedrich Keil and Franz Delitzsch, Comentario Al Texto Hebreo Del Antiguo Testamento (Viladecavalls (Barcelona), España: Editorial CLIE, 2008), 149.
[3]Matthew Henry and Francisco Lacueva, Comentario Bı́blico De Matthew Henry (08224 TERRASSA (Barcelona): Editorial CLIE, 1999), 64.
[4]Alfred Edersheim, Comentario Bíblico Histórico, trans. George Peter Grayling and Xavier Vila (VILADECAVALLS (Barcelona) ESPAÑA: Editorial CLIE, 2009), 85.
[5]Daniel Carro, José Tomás Poe, Rubén O. Zorzoli and Tex.) Editorial Mundo Hispano (El Paso, Comentario Bı́blico Mundo Hispano Genesis, 1. ed. (El Paso, TX: Editorial Mundo Hispano, 1993-<1997), 211.
[6]Carro, Poe, Zorzoli, 212.
[7]Henry and Lacueva, 64.
[8]Ibid.
[9]Elena de White, Historia de los Patriarcas y Profetas, 215, 216.
            [10]Matthew Henry, Comentario De La Biblia Matthew Henry En Un Tomo. (Miami: Editorial Unilit, 2003), 58.

lunes, 17 de agosto de 2015

CON FRECUENCIA NUESTRO CARÁCTER SE MANIFIESTA EN EL DE NUESTROS HIJOS

1.- Lección: Con frecuencia nuestro carácter se manifiesta en el de nuestros hijos.
2.- Texto: Gén 37:4  Y viendo sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos, le aborrecían, y no podían hablarle pacíficamente”.[1]

En la historia de José vemos algo de Cristo que, primero fue humillado, y luego exaltado. También muestra la suerte de los creyentes que deben pasar por muchas tribulaciones para entrar al reino. Es una historia que no tiene igual en que exhibe variadas formas de obrar de la mente humana, tanto para el bien como para el mal, y la providencia singular de Dios al hacer uso de ellas para cumplir sus propósitos.[2]

Esta es la historia de la familia de Jacob (v. 2). No es una mera y estéril genealogía como la de Esaú (36:1), sino una historia útil y memorable. Aquí:
1. Se describe a Jacob como a un peregrino juntamente con su padre Isaac, cuando éste vivía (v. 1). Implica que Jacob ha tomado ahora la herencia de su padre, y lleva la vida del peregrinaje patriarcal en Canaán, cuyo mayor desarrollo fue determinado por la maravillosa carrera de José. [3]
2. Se describe a José como apacentando (o, quizá, supervisando) las ovejas con sus hermanos. José era muy responsable y el hombre de confianza de su padre.[4]
Aunque José era el favorito de su padre, no fue criado ocioso. No aman verdaderamente a sus hijos, aquellos que no los ocupan en los negocios y trabajos, y cosas que requieren esfuerzo. Con buena razón se dice que mimar a los hijos es echarlos a perder. Los que han sido educados para no hacer nada es probable que sean buenos para nada.[5]
3. José, tan amado de su padre (v. 3), varias eran las razones por las que Jacob tuviera tal inclinación: La conducta fiel y correcta de José para con su padre; era el hijo de Raquel, la esposa de amor de Jacob; además su nacimiento fue tardío y algo muy especial y juntamente con Benjamín, el otro hijo de Raquel, eran huérfanos de madre. [6]
Cuando los padres hacen diferencias, los niños pronto la captan y eso conduce a conflictos familiares.[7]
Aunque habiendo Jacob experimentado en el hogar de su padre los malos efectos del favoritismo, teniendo como resultado los amargos celos, no aprendió ninguna lección, sino que practicó él también el favoritismo.[8]
4. José era aborrecido por sus hermanos (v. 4).
(A) Porque su padre lo amaba más que a ellos. Cuando los padres hacen estas diferencias, los hijos se dan cuenta pronto de ello, y así se ocasionan con tanta frecuencia pendencias y altercados en las familias.
(B) Porque informaba a su padre de la mala fama de ellos (v. 2). No como chismoso para sembrar discordia, sino como hermano leal.[9]
Se ha especulado mucho sobre la maldad de la que José daba cuenta a su padre. Unos piensan que se trataba simplemente de negligencia en el cuidado de los rebaños, otros que de riñas entre ellos, y no faltan autores, incluso judíos que opinan sobre cosas mucho más graves como pecados de inmundicia sexual (¿sodomía o bestialidad?)[10]

Elena de White comenta al respecto: “El pecado de Jacob y la serie de sucesos que había acarreado no dejaron de ejercer su influencia para el mal, y ella produjo amargo fruto en el carácter y la vida de sus hijos. Cuando estos hijos llegaron a la virilidad cometieron graves faltas. Las consecuencias de la poligamia se revelaron en la familia. Este terrible mal tiende a secar las fuentes mismas del amor, y su influencia debilita los vínculos más sagrados. Los celos de las varias madres habían amargado la relación familiar; los niños eran contenciosos y contrarios a la dirección, y la vida del padre fue nublada por la ansiedad y el dolor.
Sin embargo, hubo uno de carácter muy diferente; a saber el hijo mayor de Raquel, José, cuya rara hermosura personal no parecía sino reflejar la hermosura de su espíritu y su corazón. Puro, activo y alegre, el joven reveló también seriedad y firmeza moral. Escuchaba las enseñanzas de su padre y se deleitaba en obedecer a Dios... Habiendo muerto su madre, sus afectos se aferraron más estrechamente a su padre, y el corazón de Jacob estaba ligado a este hijo de su vejez. “Amaba... a José más que a todos sus hijos”.[11]

3.- Aplicación:
En los días de José, todo el mundo tenía una túnica. La utilizaban para resguardarse del frío, para envolver sus pertenencias cuando viajaban, para envolver a los bebés, para sentarse sobre ella o para servir de garantía de un préstamo. La mayoría de las túnicas eran sencillas, llegaban hasta la rodilla y tenían mangas cortas. La de José era probablemente del tipo que usaban los nobles: de manga larga, llegaba hasta el tobillo y tenía muchos colores. El que le regalara una así a su hijo fue demostración de favoritismo de Jacob hacia José, y esto agravó las relaciones ya tirantes que había entre José y sus hermanos. El favoritismo en la familia puede ser inevitable, pero deben de ser minimizados sus efectos ya que crean desacuerdos. Quizá los padres no puedan cambiar sus sentimientos hacia un hijo predilecto, pero pueden cambiar la forma en que tratan a los demás[12]

Elena de White señala: “Jacob había escogido la herencia de la fe. Había tratado de lograrla mediante la astucia, la traición y el engaño; pero Dios permitió que su pecado produjera su corrección... El pecado de Jacob y la serie de sucesos que había acarreado no dejaron de ejercer su influencia para el mal, y ella produjo amargo fruto en el carácter y la vida de sus hijos...”.  (Cristo Triunfante, 93)


Pr. Wilbert Maluquish
Agosto, 2015






[1]Reina Valera Revisada (1960) (Miami: Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998), Gn 37.4.
[2]Matthew Henry, Comentario De La Biblia Matthew Henry En Un Tomo. (Miami: Editorial Unilit, 2003), 56.
[3]Carl Friedrich Keil and Franz Delitzsch, Comentario Al Texto Hebreo Del Antiguo Testamento (Viladecavalls (Barcelona), España: Editorial CLIE, 2008), 146.
[4]Daniel Carro, José Tomás Poe, Rubén O. Zorzoli and Tex.) Editorial Mundo Hispano (El Paso, Comentario Bı́blico Mundo Hispano Genesis, 1. ed. (El Paso, TX: Editorial Mundo Hispano, 1993-<1997), 203.
[5]Henry, 56.
[6]Carro, Poe, Zorzoli, 204.
[7]Henry, 56.
[8]Carroll Gillis, El Antiguo Testamento: Un Comentario Sobre Su Historia Y Literatura, Tomos I-V (El Paso, TX: Casa Bautista De Publicaciones, 1991), 1:231.
[9]Henry, 56.
[10]Matthew Henry and Francisco Lacueva, Comentario Bı́blico De Matthew Henry (08224 TERRASSA (Barcelona): Editorial CLIE, 1999), 62.
[11]Elena de White, Historia de los Patriarcas y Profetas, 208-210
[12]Biblia Del Diario Vivir, electronic ed. (Nashville: Editorial Caribe, 2000, c1996), Gn 37.3.

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